Wednesday, November 08, 2006

Otra de Vicente Fox

Lo vamos a extrañar...no queda menor duda.

Nacidos para perder

¿Por qué los mexicanos gustamos de ser partidarios de las causas perdidas? No lo sé. Por más que busco explicación no la hallo. Por decir, somos malos para el fútbol y sin embargo seguimos con la firme esperanza de que en el próximo mundial nuestro equipo saldrá campeón. Nos encanta sufrir. Un ejemplo: en el pasado certamen en Alemania, cuando la Selección Nacional Mexicana jugó contra Argentina –hay los estúpidos que dicen “jugamos”- , todos muy en el fondo sabíamos perfectamente que iban por un descalabro más. Ah. Pero muy pocos tuvieron el valor de decirlo oportunamente. Quien lo hizo, corrió con la suerte de ser llamado “amargado”, “negativo” o “antimexicano”. Aquella vez más de cien millones de habitantes de Mexicalpan abrigaron en su corazón la fantasía de derrotar a Argentina por marcador de 3-0. “Nomas pa que aprendan”. escuche decir a un pambolero de esos de caguama en mano. Que patético. A mi en lo personal me da una profunda lastima toda esa gente que cree que de verdad nuestro fútbol algún día tendrá otro nivel. El golazo de Messi, inalcanzable para Oswaldo Sánchez, nos devolvió a la realidad. Aquella tarde de sábado bien recuerdo, mi hermano y yo comíamos pozole allá por los rumbos de la delegación Iztacalco. Recuerdo que mi hermano dijo: Vas a ver, se los van chingar como siempre. Lo dijo tan fuerte que todos en el pequeño lugar lo escucharon. No sé como no nos partieron la madre. Quizá porque en ese momento estaba iniciando la segunda parte.

No sé por qué siempre tenemos que estar con el inferior. Siempre decimos “pobrecito” y enseguida nos solidarizamos con él, sin saber si tiene la razón o no. Otro ejemplo es la situación en Oaxaca. Bastó que la Policía Federal Preventiva llegara a ese Estado para que todos nos sintiéramos indignados, solidarios y con ganas de apoyarlos. –Pero eso si, desde lejitos para no recibir los golpes-. Llamamos represoras a las fuerzas de seguridad federales incluso antes de que pusieran un pie en ese lugar. Recuerdo a una señora gritando y llorando ante las cámaras de televisión y diciendo al reportero: “Mírelos, mírelos, si llevan armas”. claro señora, que esperaba, la policía es un cuerpo de seguridad y la APPO y la Sección 22 del SNTE no habían organizado un día de campo. Cuando la PFP arribó a la ciudad oaxaqueña eran ya, casi 160 días de calles sitiadas, de secuestro de estaciones de radio, públicas y privadas. La ciudad declarada patrimonio cultural de la humanidad llevaba semanas de padecer por “la causa” de unos cuantos. ¿Y acaso esa causa de unos cuantos justifica la destrucción de ese centro histórico, la parálisis económica? No hay que olvidar que lo poco que produce Oaxaca es en el turismo. ¿A que turista en sus cinco sentidos le gusta visitar en compañía de su familia, un lugar sitiado, con las paredes pintadas, con casas de campaña en plazas y calles, con olor a basura y mierda? Si alguien cree que exagero, lo invito a caminar por la calle de Tacuba, en la Ciudad de México. Ahí está una pequeña muestra.

En estos días he escuchado a mucha gente decir: la PFP ha sido represora. No entiendo en que se basan para decirlo. Hasta ahora, sus elementos tienen prohibido usar armas de fuego. Sus acciones se han limitado a liberar algunas calles, y para ello han echado mano de recursos como escudos, gas lacrimógeno y las tan satanizadas tanquetas lanza agua. Gracias a los noticieros, he podido ver a jóvenes con cócteles molotov en mano y paliacate cubriéndoles el rostro, decir –como si estuvieran en el frente de Ganeza- que pelearán hasta que caiga el “tirano”, “asesino”, “represor”., no importa cuan dura sea la lucha. Vamos, pongamos seriedad a esto. Nuestro país no vive en una dictadura, ni lo suyo es de verdad la “revolución del siglo XXI”, como malamente la nombraron.

Pero ya lo he dicho, nos gusta estar de lado del desprotegido y esto es lo que nos hace ser miopes. Oaxaca si decidiera volverse una nación autónoma, estaría quebrada antes de nacer. Me explico. De cien pesos que gasta, este Estado sólo es capaz de generar ¡dos! Esto quiere decir, que los estados productivos e industriales le aportan 98 pesos de cada cien. Oaxaca, ese Estado “heroico” no es autosostenible. Si un día los Estados –y su gente, que sí trabaja- decidieran dejar de dar dinero para mantenerlos, no podríamos imaginar que pasaría con esta región. Claro que esas cifras no incluyen apoyos sociales como Oportunidades, Hábitat, Procampo y demás.

Oaxaca ocupa el último lugar en aprovechamiento educativo, gracias a que sus revolucionarios y luchadores Maestros, mantienen el índice más alto de ausentismo laboral, sin contar que desde hace 26 años, mantienen la tradición de hacer una huelga que casi siempre dura dos meses. Por si esto fuera poco, el magisterio oaxaqueño es el mejor pagado de todo el país. ¿Qué paradójico, no? Pero esto no lo dicen, como tampoco dicen que el gobierno les pagará todas las quincenas que se dedicaron a holgazanear.

Si toda esa gente que solo sabe pedir, pelear y crear conflictos se pusiera a trabajar, los cambios y las mejoras vendrían, No hay fórmulas mágicas para el desarrollo de un país. La riqueza se da cuando un pueblo trabaja y vive en orden.

Por desgracia a nuestra sociedad le sigue doliendo el que pide limosna. No nos damos cuenta que quizá aquel que pide esa limosna, vive mejor que nosotros y solo nos esté engañando.

Lo peor de todo es, que tampoco nos gusta la verdad. Pasamos de una mentira a otra, con tal de no ver la realidad. Que tristeza por nosotros.