Tuesday, July 24, 2007

Cosas que no comprendo...

Que se ofenda la corona española por una caricatura que apareceen una revista del diario El País es un signo de que aún esta naciónno es ni tan libre, ni tan democrática como ellos lo presumen y como nosotroslo creemos. Digo, la cosa no es para tanto. Que dibujen a Felipe -o a su majestad, el Principe Felipe, como gustaba de decirlo la secretaria de la oficina gubernamental donde laboraba el que esto escribe- y su esposa -Doña Letizia, que popoff suena esto- haciendo lo que todo ser humano hace cuando quiere y puede, o sea teniendo sexo. Que espantados nos resultan los españolitos. Claro que la caricatura está sazonada con algo que Felipe le dice a Letizia mientras copulan, algo más o menos así: "¿te imaginas, que quedaras preñada? eso sería lo más cercano a trabajar que yo conocería. En pocas palabras, el hombre -según el caricaturista- tiene nulos conocimientos de lo que es el trabajo. Estoy seguro que a la corona no molesto la referencia al acto sexual, si no lo de la crítica a la holgazanería de la "realeza".

Lo he dicho muchas veces, no sé para que carajos sirve a una nación tener y mantener a una familia real. Salvo la revista Hola o similares, creo que nadiegana algo con las monarquías. Una vez alguien me dijo que en España era distinto porque allá "el Rey Juan Carlos fue fundamental en la cuestión de la transicióna la democracia". Yo les respondí: no me chingues ¿Qué, el pueblo español no contó o que? La transición democrática española, el saber hacer a un lado las diferencias, los rencores y las culpas fue una victoria de todos los españoles, de izquierda y derecha. Lo que hoy es España es gracias a su gente nadie se lo ha obsequiado. Son gente de trabajo, próspera. Si a esas vamos -le dije- también habría que volver de la realeza a Felipe González o a jesús de Polanco, ellos también aportaron mucho a su país.

Una de las cosas que me gustan de España es que no tiene héroes. Eso, considero, es algo bueno. Acá en América Latina tenemos de sobra y eso nos ha acarreado muchos problemas. A los héroes los volvemos santos. Juárez -pongo de ejemplo a México- No sólo era el estadista, además fue el gran reformador, el gran demócrata. Siendo que no hay mentira más grande que esta, pues se reeligió 8 veces y las últimas a punta de pistola. Acá en México el 95% de los abogados son juaristas -cualquier cosa que esto signifique-, visten como él, se peinan como él y hasta destruyen el lenguaje igual que él. Pero cuando les dices que si son juaristas por qué se casan por la iglesia, siendo que Juárez supuestamente no se entendía con la iglesia católica, te miran feo, hasta eso lo hacen igual que él. Cuenta Antonio López de Santa Anna en sus cartas que él Veía un cierto rencor en la mirada de Juárez, "no ha superado su complejo de indio y eso lo hechó a perder", decía Santa Anna con un mucho de razón. Por esta razón existe en México algo llamado Asociación de Abogados Católicos de México. Nada más patético e inexplicable, puesto que la Constitución Mexicana -misma que ellos supuestamente estudiaron una y otra vez en la universidad- menciona claramente que México es un Estado laico. Digo, eso de abogados católicos quizá hubiera estado bien cuando México no era siquiera país, es decir cuando era colonia y la iglesia era dueña del 75% de la riqueza. Pero no ahora.

Bueno. Creo que ya me desvié de lo que me ocupaba. Sólo quiero agregar algo. Mejor dicho, solicitarlo. Si alguien pudiera decirme para qué carajo sirve la monarquía qizá esta noche pueda dormir.

Friday, July 06, 2007

Esto era desde la semana pasada...

De futbol, de estadía y de revistas
La selección mexicana de futbol le ganó a la de Brasil y eso trae a Mexicalpan de las Tunas vuelto loco. No es para menos. Somos un país que no está muy acostumbrado a los éxitos, a los logros y cuando tenemos uno, aunque sea ínfimo, nos desquiciamos.
Ya sé, la selección le ganó a un Brasil sin las súper estrellas y en un partido regular, o sea no en la final. Pero que puedo hacer, dudo que alguien me quiera prestar atención cuando pretenda hacerlos entrar en razón.
El mexicano es así, mantiene siempre encendida la vela de la esperanza. Por eso cree en la Virgen de Guadalupe, pues piensa que de verdad se le apareció a Juan Diego ya que era un "indito bueno". Aparte de esperanzados cursis. En fin.
Nadie decide donde nacer. A Nadie le dicen: oye donde te gustaría, en que país, en que ciudad. Yo ahora mismo, si me preguntaran donde me hubiera gustado no se me ocurre que decir. Yo preferiría que me si de elegir se trata me hubieran dejado escoger en que época.
Por ejemplo, a mi me hubiera gustado haber vivido en la época dorada del tango. Yo soy un amante del tango. Será porque soy muy nostálgico.
También me hubiera gustado haber nacido en los años de las revoluciones en Latinoamérica. Me hubiera gustado conocer al Che, a Camilo Cienfuegos. Quizá y con un poco de suerte hasta les hubiera tomado una foto. Digo, hay días en que uno anda de suerte.
Pero nací en esta época y no es tan malo. Este tiempo tiene sus ventajas. Pongo un ejemplo: la informática. Hace unos años querer editar una revista o un pasquín literario era cosa bastante difícil, sobre todo si no se contaba con muchos recursos y no te gustaba ser lambiscón de los que ostentan el poder. Recuerdo que hace unos diez años mi hermano y yo nos dimos a la tarea de diseñar, escribir -no teníamos para pagar una imprenta, así que nos valíamos de una máquina de escribir para poner los textos, los gráficos los recortábamos de otras revistas y periódicos y los pegábamos en la nuestra con diurex. Por último nos íbamos a sacar copias fotostáticas de nuestro "original". Mientras mi Mamá nos daba de cenar, doblábamos y organizábamos las hojas. Al otro día nos íbamos a la Escuela donde estudiaba mi hermano y con mucho orgullo repartíamos nuestra revista. .- y publicar una revista que si no mal recuerdo se llamaba "La Pluma".

Que distinto es todo ahora, cualquiera puede publicar y que lo lean. La internet es algo maravilloso. A mi esto es de lo que más me gusta de este época. De alguna manera somos más libres.
Aunque nada me sabrá mejor que lo de aquel tiempo cuando mi hermano y yo discutíamos -como dos editores en toda la extensión de la palabra- sobre lo que ocuparía el siguiente número de la pluma.

Por cierto. Como tampoco teníamos dinero para la cinta de la máquina teníamos que valernos de un poco de papel carbón, tomábamos dos hojas blancas y hacíamos una especie de emparedado. Esto dificultaba nuestro trabajo y nos llevaba mucho más tiempo porque no veíamos lo que íbamos escribiendo. El trabajo tenía que ser perfecto, si no, todo tenía que ir desde el principio. No nos molestaba en lo mínimo. Lo hacíamos con gusto, éramos felices.

Por eso digo que no me arrepiento del lugar ni del tiempo en el que nací. Menos cuando a mi alrededor veo a tanta gente feliz. Aunque esa felicidad se deba al garbanzo de a libra de la Selección Mexicana de Futbol.

El que esto escribe va por un café. Con este se acompaña mejor la nostalgia.