La "lucha de los maestros de la CNTE

Desde hace unos días guardo una rabia terrible en lo más íntimo del hígado. No lo puedo evitar, siempre he sido así y créanme, no soy muy bien visto por esta causa. La razón no es mía, yo no soy el culpable de mi malestar. Que más quisiera yo.
Sucede que ahora que a los heróicos maestros de la CNTE les ha dado por venir a visitar a los habitantes de la Ciudad de México, he tenido que padecer y en serio y en serie sus caóticos medios de "lucha". Que yo sepa, la poderosisima CNTE solo tiene su feudo en algo así como 6 secciones sindicales, no más, esto quiere decir que abarca cosa de tres o 4 estados de nuestro país. Curiosamente, estos estados son los que representan los índices más bajos en cuanto a calidad educativa se refiere. Pero estos maestros siguen diciendo que "el maestro, luchando también está enseñando". Ante esto no queda algo más que decir. Que patético.
Las secciones síndicales que tienen bajo su dominio comprenden los estados de: Oaxaca, Chiapas, Guerrero y Michoacán. Pero no en su totalidad. Como sea, no entiendo por qué si sus problemas son locales, puesto que quien les paga su sueldo es el estado al que pertenecen y no la federación, vienen al DF y nos joden la vida a nosotros. Digo, a mi me pidieron mi renúncia el año pasado en la instancia de gobierno en el que colaboraba, no me dieron ni un peso por los años de servicio y no por eso me fuí a Guerrero a hacer un plantón.
Pero lo peor de todo no es que estos tipos ahora pongan como pretexto que protestán por la nueva ley del ISSTE, la cual, apuesto que ni siquiera han leído, ni tampoco que hayan hecho sus casitas en la Plaza de la República, cosa que está contra la ley. (nótese el respeto que tienen por ésta los que supuestamente tienen la encomienda de enseñar civismo a los niños y niñas). Todo esto no es lo peor, lo peor es que la autoridad capitalina no solo los solapa, si no que además los impulsa. Basta decir que hay pruebas de que del presupuesto capitalino se destina una parte para apoyo alimenticio para estas personas. Y no solo eso, en la noche tienen una cierta cantidad de patrullas destinadas para que los protegan mientras pernoctan. O sea que ahora para que la autoridad nos brinde la vigilancia que nos merecemos, puesto que pagamos impuestos, debemos de salir con nuestro catre, nuestras cobijas y decir que estamos en contra de la nueva ley del ISSTe, en seguida Don Marcelo Ebrard nos brindará todas las comodidades. Perfecto, haberlo dicho esto antes.
Pero como siempre puede ser peor, el señor Ebrard dice que no piensa reprimir a nadie, que el no es represor, que no se confundan. O sea que es la versión peje 2.0
No sé, al menos yo ya estoy harto, ya me cansé de que los políticos crean que cuando obtienen una responsabilidad gubernamental pueden hacer lo que se les venga en gana, incluso, solapar a come-huelgas. Por eso propongo desde este pequeño pero digno espacio que se haga una especie de consulta pública en la cual se le exija -puesto que nosotros somos los que pagamos su sueldo- al gobernante en cuestión que cumpla con sus obligaciones, que cumpla la ley, no más pero no menos. Se me ocurre que podemos juntar firmas, pero a partir de la sociedad civil, esto es, desde los ciudadanos, que no se metan los partidos políticos. Estas firmas se acompañarían de un ejemplar de la Constitución y de las leyes que el político en su caso no esté aplicando.
Quizá Todo este problema se deba a que Marcelo Ebrard no ha tenido la oportunidad de leer el bando que promulgó Andrés Manuel López Obrador, su líder y que prohíbe lo que justamente él solapa.
Yo por lo pronto hoy me dirijo a acrecentar mi rabia.